martes, octubre 17, 2006

Un viaje a las Bardenas Reales

Durante el puente del Pilar, he aprovechado para salir y cambiar de aires (nunca mejor dicho porque cuando sopla el cierzo no hay quien lo resista) desplazándome hasta Tudela provincia de Navarra, tierra rica y de buenas costumbres.

A su izquierda, el Ebro con su caudal inacabable y los campos de cultivo arropando la ribera, y un poco más allá se extiende de pronto un paisaje inhóspito, seco, abruto, pero lleno de encanto, donde los contornos y sus formas te transportan a lugares tan solo imaginados.

Sus habitantes observan desde lo alto al viajero, que como yo se atreve por un momento a invadir su espacio.


Recorro sus rincones sin saber lo que busco, tan solo observo, encuadro y disparo, y sigo buscando, capto la luz y sus formas.

Y de pronto, aparece un rincón donde vive la vida, concentrada en un trozo de espacio en medio de la nada, y se mueve, los juncos que salen del agua silban con el aire y me hacen compañía, ya no estoy solo. De pronto las aves que habitan en la charca me intuyen, se percatan de mi presencia, no soy bienvenido, levantan el vuelo en bandada hacia el lado opuesto de la charca, y siento que sobro ...

… sigo mi camino recorriendo los rincones, sin saber lo que busco, tan solo encuentro, encuadro y disparo…

tras recorrer sus espacios, un poco más allá, me sorprende de nuevo la vida, en este caso una corta y nueva vida, que no conocerá nada mas que aquel lugar … y ese será su sitio.

Olympus E-300, Zuiko 40-150 mm.

1 comentario:

Antonio Valle dijo...

Bonita luz en las ultimas dos fotos!
felicidades y a seguir asi!!

 

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